Como cualquier otro
proceso de adquisición de conocimientos, el proceso de investigación tiene su
metodología propia a seguir, que nos ayuda a estructurar el estudio.
Son tres etapas:
·
Etapa conceptual:
(O fase teórica)
En
ella observamos los hechos que nos parezcan significativos y que nos hagan identificar o formular un
determinado problema. Ante estas primeras ideas, debemos de realizar una
búsqueda bibliográfica por si hay algo publicado al respecto. Esto nos sirve para irle dando forma al proyecto,
como generador de ideas. Debemos formular la hipótesis, definir nuestro
objetivo, decidir el universo a utilizar, las variables que manejaremos y
reflexionar sobre que de nuevo aportaría nuestro estudio y que limitaciones
podríamos encontrarnos para llevarlo a cabo.
·
Etapa empírica:
(O fase práctica)
Es
el trabajo práctico: Tenemos que definir el diseño, material y métodos a
emplear, población de estudio y muestra escogida, definir las variables y
proceder a recoger, procesar y analizar los datos recabados.
·
Etapa interpretativa:
(O fase del significado)
Reflexionamos
objetivamente sobre el estudio realizado, nos preguntamos si el material y los
métodos han sido los idóneos, si hemos obtenido los resultados esperados y si
dichos resultados son equiparables a los hallados por otros autores, o bien, han aportado algo nuevo a los mismos. Sacamos
conclusiones.
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